BLOQUE I Actividad I. La escuela secundaria… recuerdos personales.

La escuela secundaria... recuerdos personales. Los alumnos escriben un breve relato acerca de las experiencias vividas en la escuela secundaria. Conviene que recuerden aspectos como: los momentos más agradables y significativos, las formas de trabajo en el aula, cómo fueron tratados por maestros y directivos, la manera de relacionarse con sus compañeros, lo que aprendieron en la escuela, los problemas más frecuentes que enfrentaron, etcétera.

Algunos relatos se leerán en voz alta a todo el grupo para comentar qué experiencias son más frecuentes, por qué se generaron de esa manera y no de otra, cómo influyeron en su vida posterior, qué hubieran hecho en lugar de sus maestros para solucionar algún problema o motivar a los alumnos, etcétera. Lo importante es que a partir del recuerdo de sus vivencias los estudiantes realicen un primer acercamiento a la vida escolar de la secundaria.

En mi escuela secundaria estaba prohibido que las mujeres se pintaran las uñas, que se delinearan los ojos, o que se pusieran sombras en los parpados, de hecho ni el cabello querían que lo tuviéramos pintado (ni rayitos, ni luces) además, todo debía estar recogido, nada de cabello suelto (o como los profesores le llamaban “despeinada”), ni mucho menos nada de fleco o “cuernos” sino que toda la frente debía estar despejada.
En realidad eso era un tanto desagradable porque no te dejaban peinarte a tu gusto, o llevar tus aretes favoritos por el simple hecho de ser grandes. Pero la experiencia que yo viví fue:
Tuve una amiga en la secundaria que tenía unos ojos muy bonitos a causa de sus pestañas grandes, enchinadas y negras; su cabello de ella era negro total, ondulado y un tanto grueso y por lo tanto sus pestañas eran de la misma naturaleza. Las normas que pusieron en la esuela fue hasta que yo estaba cursando tercer año, entonces mi compañera no tuvo problemas en dos años, pero un cierto día (en tercero de secundaria) llegó la prefecta al salón y que regaña a mi compañera porque “no acataba las normas de la escuela”, la regañaron muy feo por traer las pestañas enchinadas y pintadas, y a pesar de que ella les dijo muchas veces (a la prefecta y a la asesora) que no era cierto, que ella no se pintaba, que así eran sus ojos, sin embargo no le creyeron y además llegaron al punto de hacer llorar a mi amiga.
Y entre otras experiencias que tuve, yo estoy de acuerdo que la función del prefecto y los profesores es mantener el orden en una escuela pero no a tal grado de hacer llorar a alguien o levantar falsos. Yo lo que hubiera hecho en primera instancia es conocer a mis alumnos desde un principio, cuando les llame la atención preguntarles porque estaban actuando de forma incorrecta y escuchar sus respuesta y se defensa. Además de ser muy observadora.